Segundo viernes, segunda parada. Destino: el Reino de Fantasía.
Hoy queremos que nos acompañen a un lugar muy especial, sólo
apto para quienes crean en la magia. El camino
comienza en la librería del señor Koreander, allí encontrarán la guía perfecta
para este viaje. La reconocerán por el símbolo de su portada: un medallón con
dos serpientes que se muerden las colas y que… sshhh… Conceden deseos… El
trayecto es corto. Basta con abrir el libro y leer las primeras líneas para
llegar.
Les recibirán tres personajes bastante raros: un murciélago,
un tipo muy grande que come piedras y un diminutiense a lomos de un caracol. No
se asusten. Son inofensivos. Además, si les preguntan, podrán indicarles cómo
llegar hasta la Torre
de Marfil, el monumento más emblemático de Fantasía y el hogar de la emperatriz
infantil, soberana absoluta del reino. Y eso que sólo tiene 10 años… La pobre
está muy enferma, así que la visita es casi casi obligada… Pero ¡ojo! sólo
recomendable para quienes disfruten con los deportes de riesgo. Deben saber
montar a caballo, en dragón volador, escalar los Montes de Plata, atravesar
pantanos rebosando de tristeza y, finalmente, subir a la Montaña del Cuerno… Si se
pierden, allí podrán preguntarle a Morla, una tortuga enorme, igual de grande
que perezosa… Así que no… Mejor continúen un poco y consulten con el Oráculo
del Sur. Cuidado porque tiene un pelín de mala leche y, según cómo le hablen
–hay que hacerlo en verso-, les tira un rayo.
Para disfrutar de un buen brebaje y un sabroso plato de
raíces tienen que acercarse a la cueva de Enguivuck y Urgl, su esposa… Que, por
cierto, es curandera. Discuten mucho, no les hagan caso.
Si les gustan la emociones fuertes y aún no están cansados
acérquense a ver la Puerta
del Espejo, pero –avisados quedan- igual no les gusta mucho lo que ven al otro
lado. En sus manos está cambiarlo. Más adelante se alza la Puerta sin llave, para
abrirla sólo deben desear no hacerlo… ¿Difícil, verdad? Como todo en este
reino.
Han de tener mucho cuidado con unos trolls que andan sueltos
por los bosques y con un lobo gigante al que no le gustan los niños… Pero,
sobre todo, es la NADA
lo que deben evitar a toda costa… Un vacío terrorífico que acaba con todo y
amenaza con hacer desaparecer Fantasía… Por cierto, lleven una buena maleta. Esta
tierra no tiene límites. Se me olvidó decirles que el viaje es interminable.
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