miércoles, 16 de diciembre de 2009

UN MINUTO

Pronto se me acabarán las palabras, los sinónimos, los giros verbales y las frases brillantes. No tendré que pararme a pensar si esto o aquello que quiero decir lo entenderá esa señora de Llerena a la que le gustan tanto las naranjas. Viviré sin preocuparme por las cacofonías, los principios, los finales, las expresiones mal sonantes o por qué pensará el jerifalte de turno cuando escuche de mi boca algo que no le resulte del todo agradable. Dejaré de escribir para los demás y lo haré para mí misma. Podré saltarme los tiempos y las formas. Ya no miraré el mundo a través de un objetivo. Abandonaré mi libreta. Mi voz se apagará y descansarán los pólipos. Las letras volverán a relajarse por mi garganta. No tendré que contar en un minuto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Por qué se acallará tu voz?.